Mostrando entradas con la etiqueta TUCUMÁN. EncuentroNacionaldeMujeres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta TUCUMÁN. EncuentroNacionaldeMujeres. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de octubre de 2009

MUJERES. ROSARIO/12 ESTUVO CON LAS CUATRO MUJERES DE VILLA BANANA

QUE PARTICIPARON DEL ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES EN TUCUMAN.

El desafío de ver lo que hay más allá de la villa

Son parte de los sectores sociales más postergados y excluidos del país. Viven en uno de los asentamientos más antiguos de Rosario desde hace años y todas tuvieron experiencias duras como el abandono y el trabajo infantil. Pero María, Santa, Miriam y Catalina hoy trabajan en un grupo para enfrentar las adversidades del barrio, estudiar y crecer.

Por Alicia Simeoni

Cuatro mujeres que viven hace muchos años en Villa Banana, el gran asentamiento de pobreza que se extiende a pocos metros de la sede del Distrito Oeste, en avenida Presidente Perón y Felipe Moré; fueron protagonistas del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres realizado dos semanas atrás en San Miguel, Tucumán. Entre las miles y miles de mujeres que participaron, la asistencia de María, Santa, Miriam y Catalina tiene una significación especial: Se trata de quienes hacen esfuerzos por pararse de una manera distinta en la vida que hasta ahora transcurrieron. Las cuatro son parte de los sectores más excluidos y castigados de la población argentina. Ellas han pasado por las experiencias más dolorosas, el abandono, el trabajo infantil, todas las carencias económicas, educativas y de salud. Sobre esa base cada una vivió múltiples formas de violencia, violaciones y abusos. Sin embargo hoy se integran y trabajan con el grupo El Hormiguero (ver aparte) intentando aprender a leer y escribir y, al mismo tiempo, buscar salidas para los problemas más fuertes que tienen en el lugar donde viven. Desde esa experiencia recibieron la propuesta de viajar a Tucumán y después de tantos reveses de la vida dijeron a sus parejas, u otros familiares, que se iban por 3 días. Fueron capaces de salir del único y difícil ámbito en que se mueven, el familiar, en la villa, y se dedicaron a sí mismas y al trabajo que vienen realizando grupalmente. Una experiencia con un toque de aventura y alegría, la posibilidad de reconocerse en la problemática de tantísimas otras mujeres, de escuchar y ser escuchadas. También en aquellos temas que como sector social las tiene como principales víctimas, el de los abortos practicados en las peores condiciones y que es causa de tantas muertes, aunque ellas sostengan el discurso único que pudieron escuchar en sus vidas y que niega a las mujeres la posibilidad de decidir, enteramente, sobre su propio cuerpo.

María Sosa (83), Santa Mora (46), Miriam Velásquez (40) y Catalina Sotelo (49) son las cuatro mujeres que habitan en Villa Banana desde hace muchos años. Las historias que desgranan con Rosario/12 al regreso del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres que se hizo en Tucumán, arrancan con el trabajo desde niñas, con el correlato casi obligado de convertirse en víctimas de la violencia de sus parejas, alguna de violación a edad muy temprana y el transcurrir por una vida con carencias totales, afectivas, económicas, educativas, de atención de la salud. Casi podría decirse que tuvieron ecuación cero para todo lo que tuviera que ver con la promoción de sus personalidades.

Cuando Santa comienza a hablar lo hace con todo la fuerza de una líder. Ella es desenvuelta, solidaria y reconocida por sus vecinos del barrio. De hecho crió a sus propios hijos y también a otros que le fueron derivados, bien por alguna situación familiar de disgregación o porque desde la institución escolar se medió para que ella se ocupara de otros hijos, según cuenta. Cuando avanza en el relato y toma momentos de su vida, Santa afloja la coraza hasta llegar a una situación de mucha angustia, así ocurre con sus compañeras cuando recuerdan, nada más ni nada menos, situaciones vividas por cada una en relación con esta oportunidad que significó el viaje a Tucumán. La oportunidad de la que se habla no es sólo la de haber salido de los límites de la villa, algo que nunca habían hecho, sino que para hacer el viaje cada una de ellas debió procurarse el espacio, plantarse ante sus parejas para decirles que ellos, los hombres, debían hacerse cargo de los niños o bien de estar atentos al hogar porque ellas viajaban al Encuentro. Todavía no aparece tan claro, el significado de haber podido elegir, el esfuerzo de dejar 'por un rato' el agobio y la desesperanza del ámbito estrictamente privado, para llegar a un lugar de encuentro público, de formación, intercambio de ideas, reclamos y esperanzas. Allí pudieron escuchar y también ser escuchadas y reconocerse en problemas de género con tantas otras mujeres del país y del extranjero.

Junto a María, Santa, Miriam y Catalina están las chicas de El Hormiguero, Magalí Marega, Sofía Vitali, Florencia Orpinell y Paola Colombraro quienes, a partir de los talleres de alfabetización con los que vienen desde hace tiempo, les hicieron la propuesta de participar del Encuentro de Mujeres. Se resolvió hacer actividades para reunir algunos fondos venta de empanadas, tortas fritas , y luego canalizar la participación a través del espacio de Mujeres Encontradas que funciona en el marco de la seccional Rosario de la Asociación Trabajadores del Estado CTA que coordina Liliana Leyes. Justamente las chicas de El Hormiguero dicen que ahora son muchas más las que quieren participar el año próximo. Y las cuatro están contentas: "Mirá desfilo como la (Daniela) Cardone", dice Santa después que fueron fotografiadas y las otras le siguen la corriente como parte de un juego de autovaloración.

María tiene 83 años. Su historia, como la de sus compañeras es la de haber soportado siempre la pobreza y la exclusión que en algunas etapas de la vida fue más fuerte. Nació en el Chaco y se crió en el norte santafesino, en Las Toscas. Calcula que tenía alrededor de 8 años, o menos cuando trabajaba chalando caña y juntando algodón en una chacra. Después tuvo 14 hijos, 7 varones y 7 mujeres. "Uno de ellos murió quemado en una fábrica cuando se fue a trabajar a La Plata...Y yo trabajé mucho más en el campo para criarlos y después me vine a Rosario. Tenía mi ranchito, así de petisito dice mientras señala la altura de 1 metro 50 , con latas y tarrito. Me lo dieron, pero allí crié hijos y nietos y ahora lo estoy haciendo arreglar".

Junto a la gente de El Hormiguero, María y las otras mujeres están aprendiendo a leer. "Reconozco las letras pero todavía no puedo formar palabras. Mi abuela que me crió vivía en Goya donde había escuela pero después nos mudamos, así que fui muy poquito", cuenta esta mujer de tez tostada y ojos profundamente celestes. Mientras Santa agrega que sus encuentros también tienen que ver con todos los problemas que hay en el barrio, agua, luz, trabajo. Allí falta de todo y no hace tanto tiempo murió una niña de 7 años en una casilla incendiada a raíz de las precarísimas condiciones en las que se proveen de electricidad.

Santa vive del cirujeo, tiene 7 hijos y cría otros 2 que no son suyos. Se queja porque hace tiempo atrás "me sacaron el caballo...así que me quitaron la mano derecha", dice. Ella es de Goya y vino a Rosario hace 23 años "por falta de comida y de trabajo"

"Fue bueno ir al encuentro -comenta , yo nunca conocí nada, sólo el Paraguay cuando me llevó una patrona y Reconquista porque iba con mi papá y mi abuelo a la cosecha de algodón. En Corrientes plantábamos mandioca, zapallo, ordeñábamos vacas".

¿Y qué piensan de los derechos que corresponden a las mujeres?

Que deberían cumplirse, nosotras somos el puntal de la familia, tenemos los hijos, los criamos, trabajamos y estamos en todo. La mujer nunca está 'al pedo' en la casa. (En términos similares lo dicen Santa, Miriam, María)

Santa Mora es la primera que señala que su atención fue atrapada en Tucumán por todo el paquete temático sobre la violencia de género. "Me desespera cuando no se puede hacer algo con el tema de la violencia porque yo pasé por eso, mi marido me golpeaba, rompía cosas y cuando iba a Tribunales me decían que tuviera paciencia, que él tenía derechos porque es el padre de mis hijos y que tenía que darle otra oportunidad. Vivía siempre con algún ojo o el cuerpo morado y escuchar a otras mujeres me duele".

La historia de Santa, niña, mujer, es la de todo lo que no debiera suceder. Desde muy pequeña fue criada por sus abuelos, conoció a su madre a los 15 años y sus abuelos la 'jugaban', dice, una expresión que incluía el hacerla trabajar en el campo, maltratarla de maneras diversas y entregarla a los 13 años al 'servicio' de algún hombre. Así y a esa edad tuvo un hijo al que perdió a los 11 meses cuando firmó un papel porque le prometieron vivienda o trabajo, pero que hablaba de la venta del niño que hoy tiene 33 años y al que sigue buscando con mucha angustia. "No sabía leer ni escribir, me mintieron", dice sin consuelo.

Esta mujer a la que le cuesta un rato reponerse del relato también pudo aportar lo suyo en Tucumán y hablar en el taller en el que se abordó el rol de las madres sustitutas. Así contó su experiencia respecto de los dos chicos que desde el mismo Estado, a través de la escuela, explica, tiene en su casa para seguir criando. 'La mujer, sostén de familia' y 'La mujer en la organización barrial' fueron los dos espacios en los que estas mujeres de Villa Banana contaron sus experiencias y brindaron sus miradas.

Miriam Velásquez tiene 40 años. Es delgada, menuda, parece de menor edad. Ella estuvo durante un año, así lo relata, en el refugio Alicia Moreau de Justo que la Municipalidad de Rosario tiene en la ciudad con algunos de sus hijos. Después la ayudaron para que se construyese una 'piecita' en Alvear, cerca de donde vive su madre, pero la convivencia no funcionó y un día, después que dos de sus hijos volvieron con su padre, ella regresó con el más chico "que quería que vivamos todos juntos", explica. Miriam está casada con uno de los hijos de María quien también fue víctima de la violencia y con un toque de humor dice que "yo lo saqué a escobazos a mi marido". La referencia a sus hijas, nietas de María, trae a colación otra historia de abuso sexual y una jornada donde parte de la villa quiso ajusticiar al abusador, un vecino del lugar.

"Yo daba vueltas, no sabía si ir, por mis chicos, por mi mamá, por los animales, pero Lila otra vecina que está en la reunión y participa del grupo , me convenció. Se lo dije a mi marido y me fui. La pasé tan bien que me olvidé de todo. Es ver en otras muchas mujeres lo que a cada una de nosotras nos pasó y nos pasa y pensar en cómo salir de esas situaciones", sigue Santa Mora.

"El taller de 'Mujeres sostén de familia' me resultó muy especial, muy interesante, hablaban de los hijos y yo tengo uno que dicen que se droga y quisiera que me ayuden antes de que me lo traigan en un cajón", comenta Velásquez. Su testimonio da lugar a un intercambio de palabras entre ellas: "Yo no creo en esas personas que dicen que no se puede dominar a los hijos, yo crié a mis hijos, ninguno se droga, sólo el mayor me da algunos dolores de cabeza", afirma Santa con un discurso duro y por momentos estigmatizante o por lo menos no comprensivo de los recursos que cada una de las mujeres allí presentes pudo desarrollar.

En cuanto a Catalina eligió no hablar. Ese día su voz no fue escuchada en el grupo. Nadie le insistió y respetaron su silencio.

Catalina, Santa, Miriam, María y Lila; las mujeres de Villa Banana que compartieron su experiencia.
Imagen: Alberto Gentilcore

sábado, 24 de octubre de 2009

Bendita tú eres

soy

Invitada al Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Tucumán, Naty Menstrual no sólo fue y participó, sino que anotó sus impresiones en su cuaderno de bitácora.

La asamblea de San Telmo me invita al Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán... Me quedo muda y en mi cabeza rebota ENCUENTRO DE MUJERES, MUJERES, MUJERES... Yo no soy mujer, no me siento, no quiero. Ser hombre, ser mujer, ser trava, ser torta, ser humano... ¿Qué soy? Sólo seré lo que deba ser o si no seré nada... o seré todo, lo que me pinta, lo que me sale. Quiero ir.

Por comentarios sé que es un encuentro emocionante al que vale la pena asistir alguna vez en la vida, por lo menos. Empiezo a preparar el bolso: pocas cosas, tacos por supuesto, un par de ojotas, algún vestido, algún collar, y boludeces, nunca fui una aplicada boy scout.

Llega el gran día, nos encontramos en el local de convergencia, llenamos dos colectivos de esos de dos pisos. Me toca arriba. Me agarra la ansiedad, cargué el bolso con comida: croquetas de acelga que tenía, sándwiches de mortadela, caramelos flynn paff y palitos de la selva. Menú fino y molecular, cocina de autor barrial. El viaje es largo, pero tengo a mi aliado Alplax. De todos modos se da charla, empezar a conocerse, a intercambiar. El colectivo recalienta. Hay que parar. Y así vamos carreteando a las tierras de Palito Ortega... La felicidad, ja, ja, ja ja.

¡TIERRA!

Llegamos. Hay mujeres de todos los colores, de todos los sabores, de todos los tamaños, de todos los olores. Perfume de mujer. Mujeres por doquier tomando Tucumán. Tomando una ciudad con historia de represión, violación, con uno de los más altos índices de desaparecidos en época dura y militar. Estamos en democracia, pero hay desagradables reflejos que nunca cambian. Me cuentan que hay alrededor de 50 talleres donde las mujeres se juntan a debatir, a compartir, a intercambiar, a ver si pueden por fin cambiar algo de todo eso que les enrojece las mejillas de tanto cachetazo de machismo cada día que pasa. Suena la palabra patriarcado. Me voy a encontrar con unas amigas en la plaza Urquiza, enfrente del Colegio Nacional. Conozco una torta genial con la que hacemos tráfico de birra, ya que en la tierra de la casita de Tucumán en la vía pública no se puede chupar. Un termo Lumilagro nos resguarda de la ley. Miro a un pendejo cuasi adolescente con una cara preciosa que me hace calentar. Le digo a una amiga que me estoy por enamorar... Me dice que no es un pendejo, que es una torta y me quiero matar... Cosas que pasan, no dejo de sorprenderme y aunque veo que tiene unas incipientes tetitas me termina gustando igual...

Son muchas mujeres, muchas, tortas, bi, héteros, gordas, flacas, lindas, feas, más o menos, docentes, abogadas, fotógrafas, escritoras, amas de casa, desocupadas, nativas, artesanas... Me siento bien. El calor de Tucumán castiga, la tierra vuela, pero todas estamos unidas en esta fiesta y nada nos va a hacer parar.

RAYO LASER

Llega la noche. Seguimos tomando birra. En la plaza, un poli desagradable le arranca la botella de cerveza a una chica y se la vacía con ironía delante de su cara; otra chica gordita sube al escenario donde se está armando una linda fiesta y pide por favor que se retire la policía, que sabemos que todas somos mujeres grandes y nos podemos cuidar solas. Un sorete poli cerca mío no sabe que mi oído está bien despierto todavía y escucho su desagradable comentario: “Mira la gorda ésa... ¿no era que se había muerto Mercedes Sosa?”. El estómago se me anuda. La poli anda con puntero láser barriendo la plaza para ver qué encuentran. Lo que no quieren y no les conviene no lo ven, como en todos lados, es mas fácil joder al que no tiene poder, aunque se olvidan de que casi 18 mil mujeres juntas también lo tienen, aunque les cueste creer.

El colegio donde nos dejan dormir es un colegio de ciegos llamado Braille. Pienso en que a lo mejor nos mandaron el colegio de ciegos para que no nos vean, pero es sólo una broma, nada más. Aunque a Tucumán le está molestando, dicho sea se paso nuestra visibilidad. Retumban en mi cabeza frases sueltas: “Ninguna mujer nace para puta”, “Aborto legal para no morir”.

TODAS LAS VOCES TODAS

La noche en bolsas de dormir en el piso. Mucha charla, mucha cola para ducha, pero nadie protesta y se escuchan risas. Mañana, domingo, gran marcha gran. La emoción empieza a recorrerme entera: habrá que marchar. Domingo de sol, de tierra y calor, en la plaza. La iglesia centra su energía contra los talleres del aborto como si fuera el único tema a tratar. Más allá del hambre, la miseria y mil cosas más. “Tucumán por la vida”, dicen los carteles que pusieron ellos por la ciudad: no me suena a verdad. Atardecer. Las mujeres se empiezan a juntar, recito “Los infelices”, la gente se queda muda: “Hoy festejaremos los infelices... los muertos en vida de tristeza...”

Y más mujeres. Ya es imposible que nos hagan callar. Se despliegan las banderas, se arman los grupos, las asociaciones, los partidos políticos, las mujeres independientes y todas empiezan a cantar. Se arma la marcha, los bombos retumban y empezamos a recorrer la ciudad. Primero la Catedral... se me pone la piel de gallina, sobre la vereda de la iglesia una fila de jóvenes con pinta de rugbiers se golpean el pecho y no dejan de rezar con mirada desafiante: “Ave María purísima, llena eres de gracia, el Señor es contigo”... Casi ninguna presencia femenina de ese lado; esos jóvenes, algunos más viejos y algunas sotanas que el viento hace mover al ritmo de las constantes campanadas que intentan tapar nuestros cantos: “Iglesia basura, vos sos la dictadura. Iglesia basura, vos sos la dictadura”.

Camino con piel de gallina, esos rezos y esas campanadas me hacen sentir que estoy dentro de la película El exorcista. Nuestros bombos van ganando y seguimos marchando por toda la ciudad. Ese es el encuentro de las mujeres, el encuentro de cuerpos, cabezas, almas y corazones que no quieren doblegarse. Veo en un pecho un pequeño pin que brilla. No encuentro a Julia Roberts. En ese pin brilla una frase que me hace respirar un viento fresco que me libera de tener que masticar tierra por lo menos un instante: “Mujer bonita es la que lucha”.

Mujeres en resistencia a la dictadura siglo XXI

las12

La hondureña Indyra Mendoza, de Feministas en Resistencia, viajó a la Argentina y expuso la situación de un país jaqueado por la nueva dictadura latinoamericana en el Encuentro de Mujeres de Tucumán. Ella contó que la resistencia al golpe de Estado está protagonizada por mujeres que, además, sufren en la calle y dentro de sus hogares las consecuencias del golpe de Estado, con el aumento de la violencia de género y los femicidios.

Por Luciana Peker

“Ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres”, es el lema de Feministas en Resistencia, de Honduras, que pudieron conjugar en una frase una lucha que se volvió muchas y que las llevó a la calle a defender no sólo los problemas de género –como la violencia hacia las mujeres– sino la democracia. Indyra Mendoza es una de las activistas de esa agrupación que lleva en el pecho, encarnada en remera, la resistencia. Y la risa, multiplicada en hormigas de curiosidades, preguntas y denuncias que la revolotean no por extrañar una patria cercada por un golpe de Estado, sino por sentirse en falta cuando falta de la lucha por el regreso de la democracia en su patria.

Ella vino invitada por la agrupación Feministas Inconvenientes a la Argentina y también participó del Encuentro de Mujeres en Tucumán donde relató la situación por la que está pasando su país –en el que fue derrocado el presidente democrático Manuel Zelaya y las negociaciones por el final de un régimen de facto se encuentran estancadas, según admitió la OEA– y para advertir que Honduras puede servir de caso testigo para voltear a otras democracias endebles o incómodas de la región. Pero la geopolítica también impacta adentro. Adentro del cuerpo y las casas, ya que el autoritarismo impuesto por la dictadura empeoró gravemente la situación de las mujeres.

“A partir del golpe se dispararon totalmente los femicidios. Hubo 51 asesinatos de mujeres en el último mes porque ahora la violencia doméstica está más descontrolada, a partir de la falta de justicia y de seguridad pública y los varones violentos están más violentos encerrados en sus hogares y con las mujeres sin poder salir a la calle. Además, las fuerzas de seguridad reprimen a todos y todas las que marchamos pero hay violencia sexual específica contra las mujeres. Ya hubo dos violaciones por parte de la policía y, además, a las mujeres nos pegan en las nalgas, la vagina y en los pechos con el cachiporro, que ya pasó de ser de plástico a estar cubierto en metal y duele cada vez más. Pero eso no es todo: también aumentaron las violaciones a los niños”, le cuenta Indyra a Las12, mientras para de marchar y hablar –en Tucumán– para almorzar una salsa ligeramente picantita que le recuerda a su país, al que extrañar, anhela. Desea. Y por eso, quiere volver, volver para luchar por el regreso de la democracia.

Indyra tiene una brujita colgada de su pecho como símbolo de las primeras feministas demonizadas por la historia y sabias naturales quemadas en la hoguera de la Inquisición. Indyra lleva una remera negra que no la deja desnudarse de su compromiso con la resistencia. Y una sonrisa que tamiza la dureza de su relato con la garra y la pasión de poner el cuerpo para que Honduras no se vuelva un mal ejemplo –no sólo político sino también del avasallamiento político hacia las 1001 Indyras latinoamericanas–. “La dictadura está usando el cuerpo de las mujeres”, dice ella. Dice y denuncia. Dice y es dura. Dice y se expone a las cachiporras que la amenazan. Dice y alza la voz. Dice y la filma. Dice una de las promotoras que posibilitó que, desde Honduras, se puedan escuchar otras voces. Ella es documentalista y autora de los videos que han mostrado la violencia política y sexual en Honduras a través de YouTube. En realidad, Indyra es quien se muestra y quien guarda, una mujer que engloba todas las luchas en una o las muchas luchas de las mujeres hondureñas de hoy. Tiene 41 años, es economista de profesión pero ahora –aunque el ahora en Honduras se ha convertido en un tiempo sin tiempo ni reglas– es investigadora en derechos humanos de las mujeres y en el ojo avizor de la represión y la resistencia y también integra la comunidad de Lesbianas, Gays, Travestis, Transexuales, Bisexuales e Intersex (Lgttbi).

Indyra es una de las pocas que pudo salir para contar algo más que las noticias. Que ve y que repite. Para que Honduras no sólo regrese a la democracia y que el presidente electo Manuel Zelaya (desde hace más de un mes refugiado en la Embajada de Brasil) pueda volver a estar al frente del Poder Ejecutivo, sino que también frene el efecto dominó de cambiar votos por botas. Otra vez. Y, otra vez, silenciando, golpeando, violando, apresando y matando a mujeres. Por eso, ella y las feministas en resistencia, resisten. Resisten no encerrándose. Ni en sus casas. Ni en las palabras. Resisten mientras la información dice que las negociaciones con el dictador Roberto Micheletti están estancadas y Zelaya advierte: “Se puede morir en cualquier momento”. Por eso, la voz de Indyra, su voz y sus imágenes son un eco que destraba el miedo impuesto desde el golpe de Estado del 28 de junio y que muestra la necesidad de una solidaridad activa con Honduras desde un país que ya dijo “Nunca más” y que ahora ve cómo hay más golpes, algunos también, sobre el cuerpo de Indyra que vino a la Argentina a pelear, que es como decir, por sus mujeres, las 1001 Indyras.

¿Cómo sentiste la solidaridad argentina hacia Honduras y por qué decidiste venir al Encuentro de Mujeres de Tucumán?

–Las feministas de Argentina han estado, desde el primer día del golpe, en solidaridad con nosotras. Ha sido el movimiento feminista que más fuerte se ha pronunciado contra la dictadura junto con Costa Rica y Guatemala. Pero cuando nos invitaron al Encuentro en Tucumán para hablar sobre el golpe de Estado y la realidad de las mujeres en Honduras sentí que era una oportunidad de hablar sobre lo que está pasando.

¿Cuál es la actual situación en Honduras?

–Tenemos más de 100 días de resistencia, desde el 28 de junio. Ahorita Manuel Zelaya está de vuelta en el país, pero prisionero en la Embajada de Brasil y el gobierno de facto sigue mandando. Ahora estamos en la etapa de negociación, pero que no es negociación. Porque el primer punto es la vuelta a la constitucionalidad y eso significa que el presidente vuelva a ser presidente. Pero cómo eso no se va a lograr no se puede seguir negociando.

¿Qué piden desde la resistencia al golpe de Estado como contracara de los eufemismos del dictador Roberto Micheletti para decir que su golpe de Estado no es un golpe de Estado?

–El Frente Nacional contra el golpe de Estado pide que se retorne a la constitucionalidad (que vuelva el presidente Zelaya), que se forme una constituyente y que haya pena para los golpistas. No vamos a aceptar una amnistía.

¿Ustedes apoyaban al presidente Manuel Zelaya antes del golpe de Estado?

–No. Las feministas no somos melistas (seguidoras de Mel Zelaya) sino que estamos defendiendo el estado de derecho y la constitucionalidad.

¿Cuál era la política de Zelaya hacia los derechos de las mujeres?

–Las feministas siempre somos feministas y no oficialistas. Pero, de hecho, en el último año, él estaba muy abierto. En el Congreso nacional se hizo una ley, el 1º de abril del 2009, propuesta por Martha Lorena Casco –-de la oposición a Zelaya y cabeza de los llamados grupos “pro vida” que, después, fue nombrada vicecanciller del gobierno de facto de Micheletti–- que penalizaba y prohibía la anticoncepción oral de emergencia. Las feministas dimos una gran batalla contra esa ley y logramos un veto presidencial que fue histórico porque Zelaya dijo que esa norma del Congreso iba, explícitamente, en contra de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Zelaya generó un pequeño avance para las mujeres...

–Nosotras no somos melistas ni estamos siguiendo a un caudillo. Pero sí es verdad que hubo un pequeño avance... y a los dos meses vino el golpe.

Por supuesto, hay muchas razones políticas, internacionales y económicas para un golpe de Estado. ¿Pero creés que también pesó en el derrocamiento de Zelaya que se haya opuesto a los grupos conservadores con la defensa de la anticoncepción de emergencia como símbolo de la defensa de derechos sexuales de las mujeres?

–Sí. La diputada Martha Lorena Casco, que es opusdeísta (del Opus Dei), es ahora la vicecanciller del golpe. Eso es un signo. Y el presidente del Consejo Médico de Honduras, Mario Noé Villafranca, que hizo un dictamen contra la anticoncepción de emergencia (tildándola de “microabortiva” cuando se trata de la misma anticoncepción oral pero para utilizar hasta 72 horas después de una relación sexual sin protección) es ahora el ministro de Salud de la dictadura.

La esposa de Zelaya, Xiomara Castro, también respaldaba a las mujeres con VIH, en una demostración de su postura sobre salud sexual, y denunció ser intimidada por los golpistas.

–Claro, era la presidenta de la Coalición de América Latina y el Caribe de Mujeres en Lucha contra el VIH. De hecho, nosotras como feministas y lesbianas teníamos un pacto con ella para el avance y la incorporación de las mujeres VIH positivo en la agenda política y del Estado. De verdad, ella trabaja mucho el tema.

¿También aumentaron los femicidios contra las mujeres a partir del golpe?

–Ahora Honduras es un paraíso femicida. Hay una gran impunidad. Antes, en Centroamérica, estábamos detrás de Guatemala y El Salvador, pero ahora no sé. Solamente en julio se incrementaron un 60 por ciento los asesinatos contra las mujeres.

¿Por qué la llegada de la dictadura incrementó la violencia hacia las mujeres?

–Porque la policía estaba reprimiendo la resistencia y no cuidando a la población. Además, que haya estado de sitio –no hay libertad de expresión, la policía puede hacer allanamientos sin orden judicial, cualquiera puede ir preso por 24 horas y no se permite que se reúnan más de veinte personas en ningún lado– y toque de queda –que se impone sólo en algunos momentos en los que absolutamente nadie puede salir de la calle– hizo que se promoviera más la violencia doméstica. Hubo un momento en que la gente no tenía ni leche ni agua por cuatro días seguidos de toque de queda: una aberración. Por eso, las mujeres no podían pedir ayuda en la calle ni en la policía, que es la que ahora está violentando los derechos humanos. ¿Cómo vas a ir a buscar ayuda con alguien que te puede poner presa porque estás en la calle?

¿Cuáles son las formas de resistencia de las mujeres?

–La parte más visible es estar en las calles: el 75 por ciento de las marchas están compuestas por mujeres. Las Feministas en Resistencia nos organizamos desde el principio, pero ahora hay abogadas en resistencia, amas de casa en resistencia, trabajadoras sexuales en resistencia, sindicalistas en resistencia. Estamos poniendo comités de resistencia en los barrios y el efecto multiplicador se produce a través de las mujeres y, muy especialmente, entre las jóvenes.

¿Hillary Clinton, a cargo de las relaciones exteriores de Estados Unidos, va a ayudar al regreso de la democracia en Honduras?

–No, definitivamente nos dimos cuenta de que ella no ayudó mucho. De hecho, a (Barack) Obama le puede pasar lo mismo que le pasó a Zelaya en Honduras porque no tiene el poder absoluto.

¿Qué esperás llevarte de la Argentina?

–Mantener la solidaridad y que no nos olviden.

¿El golpe de Honduras puede ser un ejemplo para otros países latinoamericanos?

–El golpe de Honduras de hoy, es el de ustedes ayer. La sangre derramada no tiene que ser olvidada. No nos puede suceder. Y ya se está pensando que otros países pueden ser los siguientes –como Paraguay y Ecuador– y, por eso, es necesario que se frene la estrategia golpista de Honduras.

Indyra Mendoza
Imagen: Atilio Orellana

domingo, 18 de octubre de 2009

Encuentro de Mujeres 7

Discurso de Apertura del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres de Tucumán

http://www.appsa.com.ar/images/logo-E-mujeres.jpg
(+) http://www.24-encuentromujeres.com.ar/documentos/Discurso_Apertura.pdf

En pos de la integración latinoamericana repudiamos la militarización del
continente ¡Fuera el imperialismo de América Latina!
En estos 24 años reafirmamos la identidad de los encuentros en su condición
de autónomos, horizontales, plurales, federales y autofinanciados, sin
condicionamientos, donde el consenso como práctica democrática nos permite
debatir y encontrarnos en la diversidad, espacio abierto a todas las mujeres
que valoran estos tres días del Encuentro como una forma de aprender sin
maestros, de organizarnos sin patrones, de decidir sin padres. Y luchar por la
libertad.
Por la alegría.
Por la rebeldía.
Por los encuentros.
Por la lucha de las mujeres.
Las recibimos con los brazos abiertos Y LAS INVITAMOS A PARTICIPAR DE LOS
TALLERES QUE SON EL CORAZON DE ESTE ENCUENTRO
COMPAÑERAS EL ENCUENTRO ES DE TODAS !!!!

http://larosabrindada.blogspot.com/2009/10/seguimos-en-el-camino-de-cuerpo-entero.html link

sábado, 17 de octubre de 2009

Encuentro de Mujeres 6

las12

Viernes, 16 de octubre de 2009

Mujeres en riesgo

Por Luciana Peker

Desde San Miguel de Tucumán

El 24º Encuentro de Mujeres, realizado en San Miguel de Tucumán, el 10, 11 y 12 de octubre, se realizó mientras que en la ciudad se llevaba adelante una huelga –con asistencia en sus lugares de trabajo y sin atención en los consultorios externos– de los y las profesionales de la salud en reclamo de mejores condiciones de trabajo, aumentos de salario y en protesta por los descuentos realizados a raíz de sus medidas de fuerza. La solidaridad con el reclamo por una mejor estructura de salud pública estuvo presente, entre las consignas, desde la apertura, en el Club San Miguel de Tucumán, el sábado al mediodía.

Pero, además, Vicky Disatnik, psicóloga e integrante de la Comisión Organizadora del Encuentro, puntualizó un dato que habla de la vulnerabilidad de las mujeres y de las trabajadoras de la salud y que pasó desapercibido en la cobertura mediática de la gripe A H1N1 en la Argentina. “Hay dos enfermeras que trabajaban en una situación totalmente precaria: Débora Molina y Norma Aquino, y que murieron contagiadas de la gripe A en sus puestos de trabajo, a pesar de que nunca, ni siquiera, habían sido reconocidos oficialmente. Norma Aquino llevaba ocho años haciendo reemplazos por un sueldo de 800 pesos. Nunca la nombraron como una trabajadora estable. Y sin embargo ella y Débora dieron sus vidas salvando vidas en el Hospital Niño Jesús, de Tucumán.”

El hospital es el mismo donde se atendió el epicentro de desnutrición que sacudió a Tucumán y al país en el 2001, y que también implicó un retroceso en la desnutrición y las condiciones de vida de las mujeres. Pero este año, frente a la catalogada pandemia por la Organización Mundial de la Salud, las mujeres expusieron su cuerpo con condiciones de salud y de trabajo más precarias que el resto de la población que les costaron la vida.

Otra de las consignas que se pidieron las tucumanas fue que la provincia adhiera a la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable –ya que sólo San Luis y Formosa no se plegaron a la norma, después de siete años de su sanción en el Congreso nacional– y eso implica una menor eficacia y menos insumos en la responsabilidad estatal de repartir preservativos y anticonceptivos gratuitos.

A pesar de los reclamos por mayores derechos sexuales, en Tucumán, se sintió fuertemente la presencia de grupos católicos, evangélicos y conservadores que amedrentaron a las participantes y cubrieron la ciudad con carteles que sostenían “Sí a la vida”. Sin embargo, los y las religiosos/as no hablaron de la gran cantidad de muertes producidas por abortos clandestinos. Por ejemplo, entre las menores de 20 años, la mortalidad materna –cuya primera causa es el aborto– aumentó un 385 por ciento (entre el 2002 y el 2003), según los últimos datos oficiales publicados en el libro Objetivos, metas y estrategias sanitarias 2007-20016, del Ministerio de Salud de la provincia de Tucumán.

En la provincia no solamente está lejos de aprobarse la opción de realizarse interrupciones de embarazo en hospitales públicos, sino que tampoco se respeta la normativa de atención post aborto que ya rige para el Ministerio de Salud de la Nación. “Después que las mujeres abortan –en circuitos clandestinos, a veces con yuyos o agujas de tejer–, muchas veces se infectan o mueren cuando van a un hospital porque en vez de recibirlas un médico que les realice la atención correspondiente (con respeto y un sistema adecuado) las espera un policía para denunciarlas y eso hace que muchas mujeres fallezcan con miedo a irse a atender a un centro de salud cuanto tienen dolores o hemorragias después de un aborto”, denuncia Sofía Ganem, de Jóvenes por la elección y el placer, que resalta: “No queremos que se muera ninguna mujer más”.

Encuentro de Mujeres 5

las12

Viernes, 16 de octubre de 2009

Voces latinoamericanas desde el Encuentro de Mujeres

Por Luciana Peker

Desde Tucumán


NICARAGUA

“Ninguna organización popular nunca podrá serlo en su plenitud si no incorpora la lucha de las mujeres y el feminismo”, puntualizó Mónica López Baltodano del Movimiento por el Rescate Sandinista en Nicaragua que, justamente, se separó de Daniel Ortega, actualmente al mando del gobierno, con el Frente Sandinista de Liberación Nacional por su posición –personal y política– que implica retrocesos para los derechos de las mujeres. “Nuestro movimiento se separó del sector que está hoy en el gobierno porque se confabularon con la Iglesia Católica, con la intención de ganar votos, para prohibir el aborto terapéutico, en una medida que significó más de cien años de atraso para Nicaragua y que muchas mujeres mueran porque no pueden ser atendidas en los hospitales públicos”, puntualizó la dirigente en una charla realizada en la Plaza Urquiza, de Tucumán. “Además, el presidente (Daniel Ortega) fue acusado de violar a su hijastra y nunca se presentó en la Justicia escudado en su poder. Por eso, ese gobierno es incompatible con nuestros principios”, se diferenció Baltodano del neomachismo del actual sandinismo en el poder.


COSTA RICA

“La Iglesia católica, económica y políticamente fuerte, es la principal opositora a una vida digna. Por eso, mientras estamos dando el debate por la unión civil, la Iglesia llama a una marcha por la vida y la familia, con su falsa idea de vida y familia. Pero cuando los querés enfrentar no podés. Ya que se realizó una denuncia a un cura por homofobia y la justicia dijo que no cometía un delito porque él se resguardaba en la Biblia para dar sus opiniones. Sin embargo, eso no es lo único importante, sino que la izquierda también comprenda que, para ser de izquierda, tiene que ser necesariamente feminista”, puntualizó Sofía Cortes, representante del Movimiento Alternativo de Izquierdas (Maíz) de Costa Rica en el Grito de los Excluidos de Mesoamérica, invitada –igual que las otras participantes– al 24º Encuentro de Mujeres en Tucumán, por el Frente Darío Santillán.


MEXICO

Verónica Vásquez, del Movimiento de Liberación Nacional de México, generó tantos aplausos como silencios atentos a sus palabras cuando relató la situación de su país: “Los femicidios de Ciudad Juárez son muy conocidos. Pero los femicidios se están extendiendo por el avance represivo en los estados del norte del país, por parte de paramilitares, que buscan custodiar el territorio cercano a Estados Unidos y son violentos con las mujeres”. También se refirió a la llamada Masacre de Atenco, producida por fuerzas represivas, en mayo del 2006 y en donde, específicamente, las mujeres fueron golpeadas y abusadas sexualmente. “Las mujeres violadas en Atenco por las fuerzas de seguridad tienen una denuncia presentada, pero, por ahora, en México reina la impunidad”, advirtió.

martes, 13 de octubre de 2009

Encuentro de Mujeres 4

LUISA CALCUMIL, ARTISTA MAPUCHE

“Encuentro y lucha”

Por Luciana Peker

Desde Tucumán

“Es una morochita que siempre va macaneando”, la definió su marido, Omar García, cuando la conoció en el Valle de Río Negro, hace más de 40 años. Ella hacía el secundario y trabajaba desde los 9 años cuidando niños y niñas en las cosechas de uva y en las fábricas empacadoras de tomate. También conocía la discriminación, la mirada hiriente que atravesaba su pelo negro. “En las escuelas recibíamos burlas por ser mapuches, pero nunca los maestros nos hablaron de nuestra pertenencia”, cuenta.

Luisa Calcumil parió un 11 de octubre, la fecha emblemática en donde se conmemora el último día de libertad de los pueblos originarios, a su primera hija: Cecilia hoy tiene 35 años y parirla en esa fecha es parte de las hebras, la fuerza y los deseos que llevaron a Luisa a parirse a ella misma como una mujer y artista mapuche. También tuvo a Matías, de 28 años, pero se ríe frente a su reclamo de sentirse huérfana de nietos. Aunque sesenteando –como ella cuenta su edad–, su pelo sigue tan brillante y negro y sus rasgos, tan marcados como su alegría.

También sus ganas de viajar, cantar y defender sus orígenes y sus horizontes. Ella vive en Fiske Menuco (que en mapuche quiere decir pantano frío), en Río Negro, una ciudad que oficialmente se llama General Roca y ella se niega a nombrar así. Luisa se define como cantora, actriz, dramaturga, narradora popular. Y, por sobre todas las cosas, obstinada. Como cuando quiso ir a la escuela, a pesar de tener cinco años y que sus padres no tenían para comprarle útiles y zapatillas. Y lo logró. Ya filmó siete películas, de las cuales la más conocida es Gerónima y la que todavía está sin estrenar es El grito de la sangre, de Fernando Mussa.

Ella es un símbolo de la visibilidad de las mujeres mapuches que fueron denigradas, a partir de la conquista que empezó un 12 de octubre, justo el día en el que terminó el 24º Encuentro en el que ella participó cantando en el Centro Cultural Terán, de San Miguel de Tucumán. “Yo planteo los reclamos indígenas en un encuentro con las personas no separándonos”, define. Y explica por qué participa del encuentro: “Las mujeres tenemos la fuerza y somos la esperanza. Pero a mí no me interesa el poder, sino la virtud de torcerles el brazo al consumismo y la enajenación. En nuestra cultura la mujer corajuda, sabia, valiente, alegre es respetada y consultada”.

–Los que quisieron boicotear el encuentro se escudaron en la palabra vida. ¿Qué es la vida en su cosmovisión?

–Encuentros y lucha. ¿Por qué la Iglesia no piensa en los niños que se mueren de hambre y devuelven el oro? La mayoría de los que sufren la indigencia son nuestros hermanos wichí, toba, guaraníes o collas. Para mí la vida es eso que ellos nunca pudieron entender y, por eso, tuvieron que imponer su cultura: la vida es celebración.

Imagen: Atilio Orellana

lunes, 12 de octubre de 2009

Coordenadas para un Encuentro

las12

Viernes, 9 de octubre de 2009

TUCUMAN

Coordenadas para un Encuentro

A las 10 de la mañana del 10 de octubre se va a abrir el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres que va a durar el sábado, domingo y lunes. La primera cita es en el Club Tucumán Central, de Jujuy esquina La Plata. Y las convocatoria es clara y tan pujante como la fuerza femenina: “Estamos poniendo todo nuestro esfuerzo, como muchas de ustedes lo hacen cada año, para garantizar lo necesario para que podamos encontrarnos y hacer un balance de nuestras luchas, de nuestras conquistas, de nuestros avances”, cuentan las mujeres tucumanas.

La convocatoria central va a ser en la Plaza Urquiza, donde va a estar la Campaña por el Derecho al Aborto y las Feministas Inconvenientes, entre otras organizaciones. También la Red Informativa RIMA, la Red Nosotras en el Mundo y la Red Nacional de Medios Alternativos van ayudar a difundir –por la web, con sonidos, voces y palabras– todo lo que pase en el encuentro que ha sido considerado de interés nacional por la Universidad Nacional de Tucumán, la Legislatura Provincial de Tucumán y el Ente Tucumán Turismo.

Las actividades que se van a desarrollar el sábado 10 de octubre en el Aula Belgrano, de la Facultad de Derecho, en 25 de mayo 471, son muy convocantes: a las 18.30 horas se va a presentar la campaña “Ni una mujer más victima de las redes de prostitución”, con la mesa debate: “Abolición de la explotación sexual”. Por otro lado, con una temática innovadora y actual, Carola Caride va a desarrollar el proyecto “Dominemos la tecnología contra la violencia hacia las mujeres” y a las 20.45 horas, las Feministas Inconvenientes van a mostrar sus publicaciones como Mujeres que se encuentran, una recuperación histórica de los Encuentros Nacionales de Mujeres de 1986 al 2005, de Amanda Alma y Paula Lorenzo, publicado por Editorial Feminaria, que recopila la fuerza, los debates, los progresos y las nuevas temáticas planteadas en cada encuentro.

También se van a realizar los siguientes talleres:

  • Mujeres e identidad: Maternidad: ¿opción u obligación?

  • 24 años de Encuentros Nacionales de Mujeres: Su impacto social y político y los preencuentros regionales.

  • Mujeres y feminismos: Origen y evolución de las ideas feministas en la Argentina, los avances y los nuevos desafíos.

  • Mujeres y sexualidad: Sexismo, mitos y tabúes. El derecho al placer, a la anticoncepción y a la libertad sexual.

  • Mujeres y lesbianismo: Mitos, prejuicios y visibilidad. La maternidad, la fertilización asistida, la lucha por la jubilación y contra la discriminación.

  • Mujeres y familia: Los diferentes tipos de familia, la doble jornada laboral y en la crianza de los y las hijos/as. La judialización de las familias por situaciones de pobreza.

  • Mujeres, anticoncepción y aborto: El derecho a decidir, la educación sexual con perspectiva de género, los métodos anticonceptivos, la ligadura de trompa y la vasectomia. Los abortos clandestinos, la discriminación y el maltrato. La implementación de los abortos no punibles.

  • Mujeres y medios de comunicación: El acceso a los medios de comunicación y la construcción de discursos a través de los medios de comunicación.

  • Mujeres y medio ambiente: La contribución a la conservación de los recursos naturales y la coordinación de las luchas contra la tala indiscriminada, los agroquímicos, la explotación minera y las papeleras.

  • Mujeres y tiempo libre: Creatividad, ocio y goce.

Más información:
email: organizacion@24-encuentromujeres.com.ar
email: inscripcion@24-encuentromujeres.com.ar
email: rednosotrasenelmundo@yahoo.com.ar
www.24-encuentromujeres.com.ar /
www.larevuelta.com.ar /
www.rimaweb.com.ar
www.pyr.org.ar

Encuentro de Mujeres 3

las12

Viernes, 9 de octubre de 2009

FEMINISMO

La casita (propia) de la Independencia

Durante este fin de semana se desarrollará el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres, esta vez en Tucumán. Se preparan las voces que reclaman sobre materias pendientes: violencia intrafamiliar, femicidios, la trata y tráfico, los derechos sexuales y reproductivos, la despenalización del aborto, la discriminación laboral. También se prepara la presión clerical y conservadora para ver si puede hacer algún ruido. Ya que el silencio es imposible a estas alturas.

Por Roxana Sandá

Con el poder arrollador que le fueron dando los años de experiencias compartidas y el crecimiento de una oleada que asciende a casi 30.000 compañeras de todo el país, mañana comenzará el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres, esta vez en Tucumán y hasta el domingo cuando, como todos los años desde 1986, se recorran las calles de la ciudad para levantar la bandera del derecho al aborto seguro, libre y gratuito. Las últimas noticias preanuncian el clima que propicia la jerarquía católica local: el vocero del arzobispado tucumano, Antonio Carabajal, informó que no se realizarán las misas previstas para la tarde del domingo en las iglesias Catedral, Nuestra Señora de la Merced, San Francisco y Nuestra Señora de Lourdes, del microcentro. Ya el sábado último, monseñor Luis Villalba había invitado a orar para que el Encuentro Nacional de Mujeres se desarrollara “en un clima de fraternidad, de armonía, de diálogo y de paz”. Lo inquietante de la invitación es el tipo de diálogo propuesto, teniendo en cuenta que desde mitad de año se organizan mesas católicas de preparación dirigidas a mujeres de todo el NOA, para infiltrarse en los talleres del Encuentro y derramar debates “según el Evangelio”.

Según pudo averiguar este suplemento, la estrategia de penetración que las autoridades eclesiásticas intentarán aplicar viene afilándose desde agosto último, en el marco del II Congreso regional “Vida y familia”, organizado por el asesor de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis local, el sacerdote Marcelo Barrionuevo, junto con la especialista en medicina legal y salud pública Chinda Brandolino, de La Plata, y la docente Paola Delbosco, que dicta Filosofía en la UCA y en la Universidad Austral. Entre otras cosas, el encuentro jugó de plafón para que Delbosco planteara que “el avance de la mujer en todos los campos de la sociedad ha puesto en jaque la seguridad que tenía el hombre de su propio rol”. Lo escucharon unas mil mujeres de diferentes provincias del Noroeste, posiblemente las mismas que entre mañana y el lunes intenten exponer “sobre el rol integrado de la mujer en la sociedad, en clave humana y cristiana”. Es de esperar que voces más angeladas las acallen, como las de las copleras del valle Calchaquí, las cantoras Cecilia Paliza y Angie Camuñas, integrantes de las delegaciones latinoamericanas y unas 20.000 participantes de la Argentina. Por cierto, es poco probable que las activistas católicas se presenten el domingo por la noche en el Club Tucumán Central, donde se celebrará la Peña del Encuentro hasta deschavetarse, como viene sucediendo con alegre prolijidad desde la primera reunión en Buenos Aires, en 1986, cuando unas 600 mujeres decidieron la necesidad imperiosa de autoconvocarse.

La matriz fue la clausura de la Década de la Mujer, en Kenia (1985), donde se planteó la urgencia de abordar la problemática femenina en la Argentina, con anclaje profundo en la discriminación de género. Por la misma época empezaron a organizarse grupos clave como la Comisión por el derecho al aborto y Católicas por el Derecho a Decidir, con roles fundamentales en la lucha por la despenalización del aborto en el país y presencia fuerte desde fines de los ochenta en todos y cada uno de los Encuentros de Mujeres. Una pincelada: en 1989, durante el IV Encuentro Nacional en Rosario, se dio a conocer el primer proyecto de ley de despenalización del aborto. La iniciativa, presentada en el Congreso Nacional en 1992, nunca pudo ser tratada.

En el haber cuentan los avances logrados sobre la legislación en divorcio vincular, patria potestad compartida, Ley de Cupo 2402, exclusión del hogar de padres golpeadores, confección de listado de padres incumplidores de cuota alimentaria, sanción al acosador sexual y leyes de salud sexual y reproductiva y de ligadura de trompas.

Pero acaso el reflejo más poderoso de estas reuniones sea que a partir de ellas puede leerse el recorrido de las mujeres en la historia argentina reciente. Si las Madres de Plaza de Mayo –que participaron del primer encuentro– y la Campaña por el aborto seguro, legal y gratuito caracterizaron los encuentros del siglo veinte, la crisis argentina del nuevo milenio y su hija mayor, la feminización de la pobreza, acercaron a los fogones a piqueteras, asambleístas populares, luchadoras sindicales y militantes de movimientos de mujeres. Desde 2000 hasta hoy, migrantes, obreras y desocupadas escuchan en una horizontalidad que las hermana a compañeras trans, lesbianas y bisexuales, deshaciendo silencios.

“A pesar del silencio y la discriminación de algunos y algunas y el ‘no me importa lo que hagan entre cuatro paredes’ de otros y otras. No mendigamos derechos, los ejercemos”, volverá a escucharse en las vereditas tucumanas con el mismo entusiasmo que se impuso en el XIX Encuentro Nacional de Mujeres de 2004, en Mendoza, donde se celebró el primer taller de activismo lésbico, para debatir políticas de acciones conjuntas que promuevan la visibilidad y los derechos de las lesbianas. Entonces hubo que defenderse de los ataques salvajes que sufrió el Encuentro, con panfletos que consignaban “no al aborto, no a la anticoncepción, no al zurdaje, no a la educación sexual, no a las lesbianas, no a las travestis”. Como se advirtió al principio, es esperable que para este fin de semana la jerarquía católica haya refinado su estrategia.

Presentes con aviso, este año darán especial pelea obreras de todo el país. Incentiva el contexto del conflicto de Terrabusi-Kraft, que se descuenta tendrá alta presencia en el Encuentro, y con el dato extra de que el gremio de la alimentación tiene amplia mayoría femenina.

La tarea compartida en esta edición intentará alumbrar nuevas estrategias de fortalecimiento para seguir avanzando en la solución de la violencia intrafamiliar, los femicidios, la trata y tráfico, los derechos sexuales y reproductivos, la despenalización del aborto, la discriminación laboral, la carestía y la impunidad, “para encontrarnos con miles de mujeres con penas parecidas pero también con experiencias heroicas que nos alumbran el camino”, declaman las organizadoras del evento. Desde ya, y como ocurre cada año, todas fundirán sus voces en un reclamo único e indivisible por la libertad de Romina Tejerina.

Imagen: Guadalupe Lombardo

Encuentro de Mujeres 2

CERCA DE 20 MIL MUJERES MANIFESTARON POR LAS CALLES TUCUMANAS EN EL 24º ENCUENTRO DE MUJERES

Marcha de mujeres por el derecho a decidir

El encuentro de mujeres de todo el país en Tucumán despertó la reacción de sectores conservadores de la Iglesia Católica con una virulencia que llegó al intento de copar las reuniones para impedir los debates.

Por Luciana Peker

Desde San Miguel de Tucumán

“Qué momento, qué momento, a pesar de todo les hicimos el Encuentro”, fue el canto que más resonó en la multitudinaria marcha de más de diez cuadras y una cifra cercana a la estimada de 20 mil mujeres según estimaron las organizadoras del 24º Encuentro de Mujeres, realizado en Tucumán. El 10, 11 y 12 de octubre del 2009 es la segunda vez que las mujeres de todo el país llegaron a la provincia –la primera vez fue en 1993–. Este año se dio frente a una virulencia de sectores eclesiásticos que no se había visto antes y que provocó el reproche, frente a frente, de las mujeres a varones y mujeres que rezaban y se resguardaban con carteles de fetos con la consigna “Sí a la vida”.

Los Encuentros de Mujeres nacieron en 1986, son autofinanciados y autoconvocados y tienen la modalidad de discutir en talleres abiertos temas que van desde el aborto al medio ambiente. Pero, desde que empezaron a tomar fuerza y a sumar mujeres (la cifra de concurrentes se multiplicó muchísimo desde las primeras 600 integrantes hasta las actuales 20 mil señoras, jóvenes y adultas que viajan de todo el país para juntarse) y que ríen, cantan, discuten y charlan sobre sus problemas y deseos, cada año en una provincia distinta.

La marcha final del 2009 se realizó con serios incidentes con sectores religiosos que sumaron alrededor de 300 a 500 fieles frente a iglesias e hicieron sonar las campanas sin parar para que no se pudieran escuchar los cantos de las mujeres. Sólo en Mendoza, Salta y San Juan provincias fuertemente conservadoras los enfrentamientos habían sido tan virulentos. Y, hasta ahora, no se había visto tanto despliegue policial, primero con cordones integrados solamente por personal femenino de las fuerzas de seguridad y después por policías anti motines que corrieron a las manifestantes, tiraron gases lacrimógenos e, incluso, algunos miembros de civil le echaron pimienta en los ojos a una travesti –Maité, de Córdoba– que después fue golpeada en el piso, y levantada por sus compañeras. El miedo generó corridas. Y demostró que las mujeres movilizadas asustan.

Pecadores en barra

Los balcones ya anunciaban una embestida con banderas amarillas y blancas del Vaticano colgadas en los edificios. Pero frente al Colegio Sagrado Corazón se destapó la estrategia de la Iglesia: una barra de muchachos de colegios privados rezando el rosario. Mientras las mujeres les gritaban a la cara “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios”. “La Iglesia, esta vez, estuvo como nunca en todos los talleres impidiendo que debatamos sobre sexualidad, mientras ellos tienen un montón de curas abusadores”, apuntó María Eugenia Bengolea, de Apostasía Colectiva que promueve el renunciamiento de las mujeres a la Iglesia Católica.

El caso del cura César Grassi –condenado a 15 años por abuso sexual de menores, pero todavía en libertad– no es un caso aislado. En Estados Unidos, la Iglesia de Boston quebró económicamente por las indemnizaciones que tuvo que pagar a causa de los juicios masivos por las violaciones sufridas por cientos de niños/as y adolescentes. Por eso, las mujeres del Encuentro tomaron la lucha contra el abuso sexual como otra de sus consignas. “Sí señores, sí señores, prohíben el aborto los curas abusadores”, denunciaron en rima. Y remarcaron: “¡de menores!”. El canto pasaba por las esquinas y alguna gente de Tucumán miraba pasar la marcha. Un pelado de remera con cuellito y brazos cruzados dejó, por un segundo, su charla sobre Palermo y lanzó “tienen razón” para volver a hablar de Palermo.

No todo es intolerancia, pero las mujeres se sienten tan agredidas que se emocionan cuando frente a la vidriera del negocio “Club Fun” con vestiditos con flores y caballitos –¡preciosos!, nada mejor que marchar y mirar vidrieras a la vez y sin culpas– leen un cartel que dice: “Bienvenidas mujeres de todo el país”. La moda de la solidaridad gusta tanto que se toman fotos con el pulgar en alto para desvestirse, por un rato, de las agresiones que escuchan por ser mujeres y luchar por los derechos de las mujeres.

En la calle, la Iglesia hizo una pegatina de carteles con la consigna “Tucumán por la vida” y en la antítesis permanente de la noche del 11 de octubre un cartel que lleva la delegación de la CTA consigna: “En la provincia de Buenos Aires muere una mujer cada 48 horas”. Pero la marcha deja las risas y la calma y los bailes cuando llegan a una Iglesia, donde, según estimaciones policiales, entre 300 y 500 fieles custodiaban la puerta, supuestamente, para que no pinten el templo religioso.

Los varones que se ponen como custodia, la campana que quiere silenciar la marcha y las cruces que demonizan a las mujeres provocan ira. Y algunas de las manifestantes contestan con pintura roja, jugo, naranjas o escupitajos. El objetivo mediático de los fieles es no responder, intentando imitar el famoso lema de poner la otra mejilla. Aunque, por lo bajo, pegan patadas. Noemí Artero denuncia: “Uno de los católicos me agarró del cuello y me pegó”. Pero la consigna es que nadie reaccione ni hable. O, por lo menos, que no se note.

“Si el papa fuera mujer el aborto sería ley”, les reclaman las mujeres. Y ellos no callan: rezan, como en un cassette sin stop. “Bendita tu eres entre todas las mujeres, Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores”, dicen, repiten, dicen, repiten los barrabravas forzados a portarse como corderos.

–¿Sos virgen? –pregunta Página/12 a un muchacho de 20 años con pinta de dormir el domingo después del sábado a la noche que no sabe no contesta.

–Bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús –dice. Reza. Y mira para otro lado.

Pero cuando mira para otro lado no puede evitar reír. Un grupo de jóvenes se sacan las remeras y se quedan en tetas. Se suben a caballito y se las muestran. “Yo decido sobre mi cuerpo”, dice una y repite otra y muestran los pechos, la espalda, los pezones, en un topless militante que recuerda –o muestra como todavía es necesario– el corte de corpiño con el que empezaron las primeras luchas feministas. Los fotógrafos se divierten. Y las chicas inventan una nueva consigna contra la barra eclesiástica: “Vos, pescado, no mires que es pecado”.

Los cantos llevan como un hilo a una marcha que saca el miedo de mirar de frente a quienes traban el reparto de anticonceptivos, las ligaduras de trompas, la educación sexual en las escuelas y los juicios por abusos sexuales. “A la Iglesia les decimos que se nos da la gana ser putas, travestis o lesbianas”, canta un grupo liderado por Lohana Berkins. También dos chicas de la Lesbianbanda se besan frente a la Iglesia. Pero la Iglesia no está sola. No sólo está custodiada por cientos de policía, sino que cuando la marcha llega a la catedral, los policías ya no son mujeres, ni están desarmados. Un grupo antimotines con palos y escudos empieza a correr a la manifestación y a tirar gases lacrimógenos. “Nunca habíamos visto a la cana custodiando así a las Iglesias. No hay que olvidarse que esta es la provincia donde gano (Antonio) Bussi como gobernador (en 1995) y donde la policía es cómplice de la trata de personas”, contextualiza Ana que por el miedo que dan los gritos, los rezos, los campanazos, los palos y la tensión que se mira frente a frente entre dos miradas enfrentadas, una con las ganas de rebelión y otra con el poder de la fuerza, prefiere resguardar su apellido. Cuando la marcha avanza y las mujeres se van los hombres se vuelven valientes y se desquitan: “Viva la virgen María! ¡Viva la patria!”. Epa, cuántos tendrán tantos recuerdos. Por eso, las mujeres les recuerdan su silencio en la dictadura: “Cuando se los llevaban, ustedes no hacían nada”.

La marcha que no fue silenciada

Lida Adorno vino a Argentina desde Paraguay, vive en Constitución y trabaja en un ropero comunitario. Es madre de tres varones y ejemplifica: “Yo estoy sola con mis tres hijos y ellos van creciendo con lo que ven: no hay trabajos de nene o de nena. Si mamá barre, Iván barre y el que se salva, por ahora, es el bebé”, se ríe. “El hombre nuevo no va de putas”, dice la remera que llevan Iván y Sebastián y dan esperanzas de nuevos hombres nuevos.

No son los únicos hombres de la marcha. “Carlos FuenteAlba presente”, dice un cartel. Y otro recuerda a Julio López. Y en cuerpo y alma, Luciano Fabbri, del Frente Darío Santillan, integra, a los 27 años, la agrupación “Varones antipatriarcales”, de La Plata. “No es sólo por solidaridad que estoy acá. El feminismo es la misma lucha que la mía y me hace más libre”, sonríe Luciano, desde sus ojos celestes tapados por una gorra. “Estoy liberado absolutamente de los mandatos patriarcales con los que nos crían a los varones que nos enseña que no somos vulnerables, pero sí proveedores, penetradores y activos. Eso es un peso que a la mayoría de los varones cargan y que nos tenemos que sacar de encima”, recomienda. A él se lo ve suelto. Y sumado.

La marcha se amplía con varones que acompañan y crecen con nuevas actitudes. Pero también la marcha marca que las mujeres son, todavía, son más vulnerables que los varones. Frente al Poder Legislativo las mujeres gritan: “Aborto legal, en el hospital”, para que se aprueben leyes que saquen de la clandestinidad y de los riesgos de perder la vida a las mujeres que interrumpen un embarazo.

Pero además de nenes y nenas también hay señoras mayores, canosas, que se tapan la boca y se ríen, como si estuvieran haciendo una travesura, cuando dicen lo innombrable, aún con una palabra que nombra la vergüenza que todavía dan los órganos genitales femeninos: “Mujeres, en lucha, cuiden sus cachuchas”, dicen, cuando se destapan la boca. Y se repreguntan todo lo que hicieron toda la vida como si no hicieran nada. Y gritan en nombre de las diferencias en el reparto de las tareas doméstica que todavía obliga a las mujeres a sobreexigencias personales, hogareñas y laborales. Pero no se discute ni adentro ni afuera de los hogares. “Mujer que se organiza no plancha la camisa”, dicen. Y ya nadie las deja planchadas.

Las iglesias hicieron sonar las campanas durante la marcha para que no se escuchasen las consignas.
Imagen: Gonzalo Martinez

sábado, 10 de octubre de 2009

Encuentro de Mujeres 1

GRUPOS CONSERVADORES CONTRA EL ENCUENTRO DE MUJERES QUE EMPIEZA HOY EN TUCUMAN

“Hay una campaña en contra”

El encuentro se lleva a cabo en la provincia donde desapareció Marita Verón y donde aún no se aplica la Ley de Salud Reproductiva. La Iglesia ya inició una campaña en rechazo al aborto y convocó a sus fieles a participar del evento.

Por Luciana Peker

Desde San Miguel de Tucumán

“Hay grupos fascistas que han hecho una campaña sistemática contra el encuentro de mujeres”, apunta Vicky Disatnik, psicóloga e integrante de la Comisión Organizadora del 24º Encuentro de Mujeres en Tucumán que se realiza, a partir de hoy, con una masiva concurrencia, pero también con una fuerte resistencia de la Iglesia y de sectores conservadores.

Vicky tiene 57 años y sus años son experiencia. Por eso, intenta poner calma para que el temor a posibles enfrentamientos no aplaque la alegría de juntarse. Pero no son sólo las mayores las que tejen esta red federal femenina. Zulma Juri tiene 25 años. Nació apenas un año después de la primera reunión y hoy lo organiza porque sabe que en la facultad –donde ella estudia psicología– sigue existiendo el machismo. Y en la calle también. Paula Retambay tiene 30 años y estudia letras; igual que las demás, es tucumana. Y ser tucumana implica saber que la violencia de género no son sólo palabras. En Tucumán nació y desapareció Marita Verón, el caso más emblemático de secuestro, explotación, esclavitud y trata de mujeres. Verónica Camacho también hace días que trabaja para que su ciudad se convierta en un hospedaje abierto, público y privado, que toma las casas y las plazas para contar que Tucumán todavía no adhirió a la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable (25.673), votada en el Congreso en octubre del 2002. Después de siete años, las mujeres de la provincia esperan la implementación de un programa que sistematice el reparto gratuito de anticonceptivos y preservativos como en el resto del país.

En el día previo a la inauguración del Encuentro –que será hoy a las 10–, frente a la Catedral de la plaza Independencia se realizó una marcha antiaborto. No para fomentar la educación sexual y el reparto de anticonceptivos que evite los abortos clandestinos, sino para demostrar que algunos le hacen la cruz a una multitud de mujeres. Juntas y para adelante.

–¿Qué esperan del 24º Encuentro de Mujeres que, este año, se realiza en su provincia?

Vicky Disatnik: –Primero teníamos miedo, pero ahora estamos muy contentas. Consideramos que van a participar alrededor de 20 mil mujeres. Tenemos más de 14 mil pedidos de alojamiento y sabemos que toda la plaza hotelera va a estar ocupada (más de 4 mil camas). Hay gente que va a parar a las Termas de Río Hondo. Es una multitud.

Verónica Camacho: –Estamos en un momento histórico de debates de gran profundidad porque, si bien han sido muchas las conquistas, todavía tenemos que avanzar sobre algunos dolores que nos quedan.

–¿Cuáles son las deudas pendientes?

Verónica: –Tucumán es una de las tres provincias que no adhirieron a la Ley Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, junto con San Luis y Formosa.

–¿No hay reparto gratuito de anticonceptivos?

Verónica: –Si bien llegan algunos insumos, no es como en otras provincias. Acá muchas veces hay anticonceptivos y los tiran porque se vencen. Eso pasa porque no está reglamentada la ley. Además, acá no sólo no hay educación sexual sino que religión es una materia obligatoria.

–¿Y si hay un chico o una chica atea/o, judío/a o musulmán/mana?

Vicky: –Lo mandan a la dirección en la hora de la religión.

–Zulma, vos naciste casi junto con los encuentros, hace 25 años. ¿Qué te lleva a formar parte, ahora, de la comisión organizadora cuando se supone que en este tiempo se ha avanzado tanto en los derechos de las mujeres?

Zulma Juri: –Soy mujer y siento que seguimos siendo oprimidas. Este es un lugar horizontal, en donde las mujeres pueden hablar libremente y es una experiencia única en el mundo.

–Para mucha gente ya no existen desigualdades entre varones y mujeres y un encuentro de género no tiene sentido. ¿Qué de-sigualdades siguen vigentes?

Zulma: –El sólo hecho de tener miedo a ser violada te muestra la desigualdad. En la facultad, especialmente en carreras como Física o Matemática, también se ve mucho el machismo de los docentes, cuando dicen, por ejemplo: “Hay muchas mujeres, no va a andar bien este curso”.

–¿Cuál es la importancia que tiene que el encuentro sea en Tucumán?

Paula Retambay: –Una de las razones para que Tucumán sea la sede es la trata de personas: acá tenemos a Marita Verón desaparecida. No sabemos dónde está. También está el caso de Paulina Lebbos, una estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras. De-sapareció el 26 de febrero del 2006 y apareció asesinada a los quince días. Se sabe que hay gente del poder involucrada, pero hasta el día de hoy no hay ni un sospechoso. Por eso, se ha formado la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad que marcha todos los martes, sistemáticamente, y que ya junta más de 150 casos.

–A partir de estos casos, ¿sienten que la violencia de género excluye o amedrenta a las mujeres para ocupar el espacio público?

Paula: –La inseguridad está en todos lados. No sólo por ser mujer te puede pasar algo, pero sí es cierto que las mujeres somos más vulnerables. Igualmente, yo no tengo miedo de salir a luchar por nuestros derechos.

–La Iglesia sacó un suplemento pago, como espacio de publicidad, en el diario local La Gaceta, donde se consigna “Tucumán está en contra del aborto”, entre otros lemas, justo antes de la llegada de la Comisión por la Despenalización del Aborto. ¿Cómo evalúan este embate de la Iglesia?

Vicky: –Nosotras planteamos un encuentro en donde la esencia es la diversidad. Por eso, invitamos a todas las mujeres tucumanas a que participen. No hemos hecho declaraciones que generen más enfrentamientos con otros sectores. Ya hay pintadas en contra del aborto y una llamada de la Iglesia a sus fieles a participar del Encuentro. Estamos preocupadas por que eso no se transforme en una provocación a los miles de ciudadanas que vienen a debatir la problemática de las mujeres en libertad.

–¿Qué sectores boicotean el encuentro?

Vicky: –Hay una agrupación que se llama La Barbarie, que ha hecho un ataque real al movimiento de mujeres, a los judíos y a los homosexuales y una campaña sistemática contra el Encuentro de Mujeres. Puede haber debates democráticos, pero nosotras convocamos a avanzar.

Paula, Zulma, Verónica, Vicky y Silvia, organizadoras del 24º Encuentro Nacional de Mujeres.
Imagen: Atilio Orellana

jueves, 8 de octubre de 2009

EL ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES, ESTE FIN DE SEMANA EN TUCUMAN

A debatir por los derechos

Unas veinte mil mujeres se reunirán durante todo el fin de semana en la capital tucumana para discutir sobre sus derechos. La Iglesia local y sectores evangélicos buscan infiltrar devotas en los talleres. El domingo habrá una marcha por el aborto.

Por Mariana Carbajal

Activistas, trabajadoras, universitarias, profesionales, migrantes, rurales, piqueteras, aborígenes, amas de casa, estudiantes, mujeres de distintos rincones del país llegarán a San Miguel de Tucumán para sumarse desde el viernes y hasta el lunes del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres. Las organizadoras esperan alrededor de veinte mil participantes. Como ya es costumbre, el domingo está prevista una multitudinaria marcha por las calles de la ciudad en la que se levantará la bandera del derecho al aborto. La jerarquía católica local en alianza con grupos evangélicos está reclutando devotas para que se infiltren en los talleres con el fin de expresar sus puntos de vista “según el Evangelio”, sobre todo en aquellos que abordan temáticas vinculadas con los derechos sexuales y reproductivos.

El arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, en su homilía del sábado, invitó a los fieles a rezar y organizar cadenas de oración durante los días que dura el ENM. Y sugirió tomar como referencia la homilía que pronunció el 24 de septiembre, en la celebración de la fiesta de la Virgen de la Merced, “patrona de la arquidiócesis y generala del Ejército argentino”, donde afirmó frases como: “María es el arquetipo de la auténtica promoción femenina”, es “el nuevo principio de la dignidad y de la vocación de la mujer; de todas y cada una de las mujeres”. Villalba también destacó “el papel fundamental de la mujer como madre, defensora de la vida y educadora del hogar” y se refirió a “su vocación a la maternidad”, de la que “brota la singular relación de la mujer con la vida humana”. “La emancipación y la promoción de la mujer deben lograrse en conformidad con aquellas responsabilidades que brotan de su vocación a la maternidad y, sobre todo, no puede nunca realizarse atentado contra la vida humana en gestación. El matrimonio, la maternidad y la familia son valores fundamentales. No puede haber progresos reales a expensas de estos valores”, dijo el prelado.

En las últimas semanas se realizaron en Tucumán varias marchas “por la vida”, para expresar el rechazo a la despenalización del aborto. La última fue el domingo en Yerba Buena, localidad cercana a la capital tucumana. “Amamos la vida: hay que defenderla desde la concepción hasta la muerte natural”, fue el lema de la movilización, que no concitó más que dos cuadras de concurrentes, entre ellos miembros de la Acción Católica, el Opus Dei y del Movimiento Familiar Cristiano, según publicaron medios locales.

La presencia en el ENM de la fuerza de choque de mujeres católicas y evangélicas organizada por la jerarquía eclesiástica local hará, como ya ha sucedido, muy difícil el desarrollo de algunos talleres. Las visiones de unas y otras en torno de las mujeres y sus derechos –y sobre todo alrededor del problema del aborto– se vuelven irreconciliables. Viene sucediendo así desde hace ya varios años en la tradicional cita anual en la que se cruzan activistas feministas, trans, lesbianas, mujeres independientes y de partidos políticos, fundamentalmente de izquierda.

El acto de apertura está previsto para el viernes a las 11 en el club Tucumán Central. Y los talleres, casi medio centenar, tendrán lugar en escuelas ubicadas en las cercanías de la plaza Urquiza. Se espera las presencias de obreras de la ex Terrabusi y también de Susana Trimarco, madre de la joven tucumanda Marita Verón desaparecida desde hace siete años presuntamente por mafias de proxenetas, convertida en una reconocida luchadora contra la trata de mujeres para explotación sexual. El domingo al mediodía se hará, como actividad paralela al Encuentro, un “silbatazo” por el centro tucumano contra el abuso sexual infantil, y se escuchará un pedido por la libertad de Romina Tejerina. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto montará una carpa en la plaza Urquiza.

La capacidad hotelera de la ciudad, unas cuatro mil plazas, está ya ocupada contó Vicky Disatrnik, de la comisión organizadora del ENM. La mayoría de las participantes dormirá en escuelas. Algunas, por falta de hospedaje, pararán en la ciudad santiagueña de Río Hondo, precisó.

En la cita se cruzan feministas, trans, lesbianas, mujeres independientes y de partidos políticos.
Imagen: Guadalupe Lombardo
----------------https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3T2AHjsSyH969VssC5w1rY0j04P6SFxH46t2Mn_d3p4mo2r_LAhsiw4cL_3qPfBJsb2NY4-c3TX9qdLBOjVHKo_rOuAb1b6wl654X3QXq16Wgrps5UCJr3Ka4DC36PMMBc1zKagC-mQ_X/s1600-r/LOGO-nuevo_blog-mujeres-1-%C3%91.bmp
“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información.” Rodolfo Walsh, ANCLA (Agencia de Noticias Clandestina), 1976.
** TELESUR EN VIVO **

NOSOTRAS PODEMOS !!!

NOSOTRAS PODEMOS !!!
"Maternidad " de Francisco Zuñiga, escultor y pintor costarricense





http://insurrectasypuntohistorico.wesped.es/68497_rutapacifica.JPG
SOMOS FUERTES, SOMOS DE SANGRE ROJA, SOMOS INDÍGENAS !!!

A DIARIO CELEBRAMOS LA VIDA !!!



http://www.prensamercosur.com.ar/fotos/4230_4G.jpg


La Libertad...

http://byfiles.storage.live.com/y1pHeIgaIwDSUoCv1aVt8Yl2ljzhP48Qga0oV9RjsGl89riGRegF2-OYLOu_I-ZRXqLMnh1fLHiXh-wwzeQ_R79lw

NO AL FASCISMO !!!

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2CHRwoTWYuB1pg2PSqZobSVOvi2NuKd7j9m-LHhPQzZPJBVrl2LyeClkVCpWYW04sEzUjUe3Ge4kJUkiyT2Zzk-QPY9zDIJdnXg87BAO80JB19uYK-PfrisgzMOA3otuGv3POkKsxTUk/s220/crush.gif

Quetzalcoatl

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b5/Quetzalcoatl_1.jpg

Apagá la Tele - Encendé tu Cerebro

http://www.pagina12.com.ar/fotos/20090828/titulares/na01fo01.jpg

soldado esposo

"Canción del esposo soldado"
"Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera: aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo, y defiendo tu vientre de pobre que me espera, y defiendo tu hijo."
Miguel Hernández