Herminia Brumana nació en Pigüé en 1897. Descendiente de italianos, en un gesto aparentemente poco común para la época, pudo ir a estudiar el magisterio en la escuela Normal de Olavarría. Ni bien se graduó volvió a Pigüé a ejercer el cargo de maestra primaria. Allí, en 1917 comenzó a sacar una revista que llevaba el nombre del pueblo y en 1918 publicó un libro de lecturas para sus alumnos, Palabritas. Continuó su actividad en la zona sur del Gran Buenos Aires y más tarde en Capital Federal. Publicó luego ocho trabajos de relatos y ensayo (Cabezas de mujeres, 1923; Mosaico, 1929; La grúa, 1931; Tizas de colores, 1932; Cartas a las mujeres argentinas, 1936; Nuestro Hombre, 1939; Me llamo niebla, 1946; A Buenos Aires le falta una calle, 1953) y escribió once obras teatrales de las cuales tres se estrenaron. Colaboró con diversas revistas, tanto de divulgación masiva como de distintos grupos de izquierda y literarias. Participó en programas radiales. Hay obra suya no publicada. En 1943, invitada a dar una conferencia por la New School for Social Research, recorrió los Estados Unidos y México dando charlas sobre la actividad literaria argentina. Había viajado anteriormente dos veces a Europa. El 9 de enero de 1954 murió, enferma de cáncer. Se organizó entonces la sociedad Amigos de Herminia Brumana que editó sus Obras completas en 1958, organizó concursos sobre la vida y obra de la escritora y, al cumplirse los diez años de su fallecimiento, publicó Ideario y presencia de Herminia Brumana, una selección de sus pensamientos y de trabajos sobre la autora de compatriotas y latinoamericanos.
Si bien formalmente se identifica a Herminia Brumana como “maestra y escritora”, no son los valores estético-literarios los que la destacan, sino el contenido de su obra destinado fundamentalmente a denunciar las injusticias sociales en general y de la institución escolar en particular y, sobre todo, la cuestión de la mujer. De formación anarco-socialista, sin embargo no tuvo una militancia que la ligara directamente a ningún grupo en particular, del mismo modo que, si bien estaba ideológicamente cercana a los sectores literarios de Boedo, no perteneció a ningún círculo. Su voz se dirigió especialmente a los sectores medios argentinos, y en ellos a las mujeres, con el objeto de que ellas se hicieran dueñas de sí mismas y a la vez se convirtieran en palancas de transformación social. Sobre este aspecto versará el siguiente trabajo.
Continúa en:http://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/argentina/brumana.htm
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