LA MADRE
Honrar al ser que nos ha dado la vida, el vientre sagrado del que venimos es correcto, lo incorrecto es que se haga sólo un día, cuando es deber de hijos e hijas, de esposos y de todo el mundo honrar a la madre y con ello honrar a la mujer, cuidar a nuestras hermanas.
Cuántas madres solteras y desprotegidas socialmente existen, millones y millones a lo largo de la tierra y es ahí donde también debemos de embarcar nuestro pensamiento para que ninguna mujer en la tierra sufra las injusticias sociales que el sistema capitalista ha impuesto a lo largo de la historia moderna. Honrar y dar amor a nuestras madres no sólo consiste en darles un ramo de flores el día que las naciones han determinado como “Día de la Madre” convirtiendo esta fecha en un acto de consumismo descarado, honrar y amar a nuestras madres y hermanas es amar, respetar y contribuir al desarrollo de sus potencialidades luchando por establecer leyes que no discriminen por género, luchando a diario contra el establecimiento discriminador y explotador, luchando contra la educación patriarcal machista con que todos hemos sido formados, es ante todo dar un vuelco conductual que nos lleve a realizarnos como verdaderos seres humano.
Amar a las madres significa amar a todas nuestras hermanas y hermanos, cuidar y educar a nuestra infancia y juventud para que bajo esa formación aprendan a defender sus derechos y a demandar equidad en todos los aspectos de la vida social, no viendo la reproducción como un destino, sino como un acto social que bien encausado determinará también las nuevas relaciones de producción.
Amar a nuestras madres, es amar a la mujer y en consecuencia amarnos a nosotros mismos como producto de ellas, es en sí, amar a la Madre Naturaleza, a la Pachamama que es Nuestra Madre Universal ya que debemos cuidar y no destruir todo lo que afecte negativamente a la humanidad.
Reciban hermanas del mundo mi más profundo amor y fraternidad humana en forma permanente.
Paul Fortis
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