Una banda que remataba mujeres
Veinte mujeres indígenas, algunas de ellas menores de edad, fueron rescatadas de una red de trata de personas, mientras doce personas fueron detenidas, acusadas de integrar una organización que mediante engaños las llevó desde el Chaco a distintos puntos del país, donde eran encerradas, castigadas y obligadas a prostituirse.
Las mujeres, todas jóvenes y muchas de ellas adolescentes, “son en su mayoría de la comunidad toba, analfabetas y extremadamente humildes”, dijo el comisario Jorge Fernández de la Policía Federal, quien encabezó los procedimientos. El comisario dijo que las chicas “eran rematadas entre los proxenetas por valores de entre 300 y 500 pesos”.
La organización delictiva fue desbaratada en las últimas horas por la Policía Federal en un amplio operativo que incluyó allanamientos simultáneos en las provincias de Chaco, Córdoba, Buenos Aires y Santa Cruz, donde las jóvenes eran mantenidas en cautiverio y sometidas a explotación sexual.
Durante los procedimientos, realizados por detectives de la División Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales, por orden de la Justicia federal de Roque Sáenz Peña, fueron secuestrados diversos elementos que involucran a los detenidos en una red de trata de personas.
La investigación comenzó hace siete meses, en relación con la situación de dos de las jóvenes ahora liberadas. Cada uno de los componentes de la red cumplía un rol específico: había captadores, pasadores, transportadores, colocadores y “ablandadores”, es decir, encargados de violar a las víctimas para quebrarles la voluntad y someterlas.
Las víctimas eran trasladadas a distintos puntos del país, donde las encerraban en alojamientos precarios, enrejados por dentro y por fuera, separadas en boxes en condiciones de hacinamiento, donde debían dormir, comer y hacer sus necesidades fisiológicas.
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