El reclamo que convoca a la movida global puede extraerse de una canción de John Lennon o León Gieco y de algunas de las líneas escritas por Eduardo Galeano y, sin embargo, mantiene actualidad. “Convertir lo que se invierte en la industria de la muerte, en industria de la vida. Por cada bala que se fabrica se matan dos vidas: la de la víctima y la del niño a quien se le podría dar un plato de comida por ese dinero”, resumió Guillermo Sullimgs, de la Fundación Mundo Sin Guerras, impulsora global de la marcha.
Rosa Tarlovsky, de Abuelas, homenajeada por los organizadores.
Imagen: Guadalupe Lombardohttp://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-132837-2009-10-03.html
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